Preparamos en una cazuela agua, con un puñado de sal y una hoja de laurel, y lo ponemos a hervir.
Lavamos el pulpo bien, ya que puede tener arenilla entre las ventosas. Una vez lavado y cuando el agua comience a hervir, introducimos y sacamos el pulpo tres veces, lo que es llamado como asustar al pulpo. A la tercera vez, lo metemos del todo y lo dejamos cocer a fuego medio. Para saber si el pulpo está en su punto, pinchamos los tentáculos. Cuando estos estén tiernos (no mucho, ya que eso indicará que el pulpo está pasado), el pulpo estará listo.
Pulpo a la gallega:
Una vez cocido el pulpo, introducimos en el mismo agua las patatas con la piel. Una vez cocidas, se pelan y se cortan en rodajas. En una plato ponemos de base las patatas cocidas, encima el pulpo en trozos. Se añade un poco de aceite y de pimentón y ¡listo!
Salpicón de marisco:
Picamos un poco de pimiento verde, pimiento rojo y cebolla. Lo añadimos a un cuenco junto con un poco de vinagre de manzana, aceite de oliva y una pizca de sal. Lo removemos y añadimos al pulpo.